En la FA se recomienda la anticoagulación oral crónica (ACO) en función de la presencia de factores de riesgo tromboembólico y de forma independiente a la duración y frecuencia de los episodios de FA. La monitorización continua del ritmo mediante marcapasos/desfibriladores (MP/DAI) conjuntamente con el empleo de anticoagulantes de acción directa (DACOs) podría permitir el empleo de ACO sólo en torno a los episodios de FA (ACO “a medida”), reduciendo el riesgo de sangrado sin incrementar el riesgo tromboembólico.